martes, febrero 19, 2008

Epifanía inexistente



Estacionamos el coche cerca de la Alameda, caminamos despacio hacia el oriente, entramos a Correo mayor y nos detenemos a tomar fotos. Avanzamos disfrutando de las fachadas de los edificios coloniales como si fuera la primera vez que las vemos, nos acompaña la música de los organilleros. La calle que transitamos es la de los perfumes, cada pocos pasos hay una tienda con esencias y frascos de vidrio de todos tamaños, los aromas salen a perseguirnos hasta la banqueta. Nos detenemos a ver a una pareja bailar danzón.

Al llegar al zócalo, nos metemos a un hotel y nos sentamos en la terraza del sexto piso a dejar pasar la tarde mientras bebemos cerveza y tequila. Recordamos, proyectamos, reímos. A ratos se levantan unos y desde la barda se asoman a ver la vida que transcurre abajo. Dos de nosotros se quedan un largo rato ahí, platicando, tal vez llorando por dentro alguna pérdida.

Cuando empieza el viento de la tarde, es mi turno. Veo la gran carpa que ocupa la mitad del zócalo, a un costado Palacio de Gobierno, en frente Palacio Nacional con sus toldos rojos. Del otro lado la Catedral inclinada que me llevaron a ver mis papás hace muchos años, y por alguna razón en ese momento recuerdo el sueter blanco que traía puesto aquel día.

Las personas le dan vida a los edificios. Las hay caminando por todos lados, al lado de la Catedral brujos que hacen limpias con copal y aceites, algunos vendedores de orfebrería, rodeando la carpa una gran fila que nos negamos a hacer, a pesar que todos queríamos ver “Ashes and Snow”.

El sol ya perdió brillantez, ilumina las paredes de piedra con luz rosada. Saco mi cámara y en ese momento la bandera ondea y me enseña el escudo nacional. En una película sería el perfecto momento para tener una epifanía: parada en una terraza, sintiendo el viento, viendo los símbolos patrios, cerca de buenos amigos, después de una tarde deliciosa. Pero no la hay.

Regresamos al coche. Vemos como la tarde se va comiendo los colores y se prenden algunas luces artificiales. La gente avanza sin prisa, vendedores ambulantes ofrecen juguetes que se encienden. Yo disfruto del instante en que la noche empieza y busco la primera estrella para pedir un deseo.

PD La foto es para Nunu. Cuando empezó el viento Pillo dijo que ya había sacado una de la bandera, le dije que sería mejor sacar de la bandera grande, ella ya no quiso y yo la saqué.

8 comentarios:

Mond dijo...

Quizás en ese momento no hubo epifanía para ti, pero tu post revela muchas otras cosas, sentimientos, pensamientos que me hacen sentirte, estar ahí con tu compañía y la bandera ondeando al águila devorando la serpiente... Sí, este post se siente.

Gracias.

La Blu dijo...

La foto es para Nunu y el relato, para mí.

Un besito.

Pillo dijo...

Ira mija si saqué una foto de otra bandera pero que bueno que tu sacaste la otra.. una tarde maravillosa que me ha dejado una sonrisa permanente para toda la semana. esta tarde es de los recuerdos que uno se trae cuando está triste para que lo iluminen.

Te quiero

Karen dijo...

Hermosa foto y hermoso relato.

dijo...

Rica margarita. Rica platica. Rico viento en la cara en la terraza.

Gracias Tramontana.

NuNu dijo...

Buaaaaaaaa....Lamento no haber visto esta foto ayer, me hubiera venido bien recordar la foto mientras me sentaba en Pub en medio de mi soledad a pensar en mi pais.....

Toi chillando....No se ni porque....La piel se me puso eriza cuando vi la foto en grande....Aveces pienso, que sera de mi sin Mexico?....otras pienso, Que sera de Mexico sin mi?....Ambas respuestas me llevan a 2 caminos.....

Gracias por el maravilloso relato...Por la foto que ha iluminado este dia gris Londinense....

P.D. Recuerdas que algun dia desayunamos juntas en ese lugar???

Un beso a tu sue*os....que son bellos como tu, al menos eso me imagino.....

Lutz_saa dijo...

pues sí que le has puesto la carne de gallina a más de una, esa nostalgia que se siente al leerte y ver la bandera como presumiendo su belleza y sus colores enmedio de la explanada del Zócalo es fuerte. Que bonito nuestro Zócalo verdad? el centro del DF, las calles con esos eficios evocadores a pasado, a historia....Gracias por escribir Sissi... Beso

un monton de palabras dijo...

tengo que ir, hace tanto que no voy.

me encanto la foto y el relato.