sábado, noviembre 12, 2005

De mañana otra vez

Diario despierto pensando que el café ya está listo. Salgo de ese sueño entrecortado y ligero en el que duermo sin descanso para encontrarme que no hay nada en el ambiente de ese olor en que se envolvía la casa por las mañanas.

Por lo general mi marido se levantaba primero, recogía el periódico, y ponía el café. Desde la cama, en la que aún se sentía su calor, me llegaba el olor que me decía que me esperaba en la cocina con el café caliente y el periódico sobre la mesa.

Había días en que yo no podía dormir y estaba pendiente de la llegada de la moto y el sonido del periódico al caer en la terraza. En ese momento me levantaba. Esos días era yo la que esperaba a en la cocina.

- ¡Ah qué mi Gordis!, otra vez no pudiste dormir. ¿Todavía hay café? -me preguntaba al entrar.
- Sí Flaco, acabo de poner una segunda jarra. –El siempre se levantaba a la misma hora, que coincidía con una segunda puesta.

Diario, en el instante en que despierto busco el olor del café y al estirar mi pierna encuentro frío el otro lado de la cama. No tengo ganas de levantarme a encontrar la cocina vacía.

En recuerdo de mi tío Raúl, a un año de su muerte.

8 comentarios:

Dharma dijo...

¿He de escribir de nuevo la letra de esa canción que ya conoces?
Por suerte o desgracia, uno se termina acostumbrando y durmiendo atravesado en diagonal en la cama.

Besos!

Tramontana dijo...

Dharma: Espero que también mi tía se acostumbre, aunque después de 50 años de vida compartida le es más complicado. Es de ella de quien hablo en el relato.

Anónimo dijo...

Mmmhhh!! Tramontana:
Conozco esos dolores... En el caso de tu tía, personas como tú son el apoyo adecuado por la sensibilidad que demuestras.
Por otra parte, me alegro haberte sacado una sonrisa en el post de "Culpable". (ya hay otro para leer) Gracias por tu visita.
Besos

Anónimo dijo...

El café como acto amoroso, el café como acto social, como acto de vida, y como soplo de vitalidad.

Un abrazo, a ver cuando nos tomamos un café...

(que te hagan café por la mañana es una de las 27 razones por las que si tiene caso tener pareja a veces)

Silmariat, "El Antiguo Hechicero" dijo...

Y los silencios…, y las miradas perdidas en algún lugar del alma.
Respirar y tener la sensación que la mitad de ese aire no llega a nuestros pulmones, pues le pertenecía a otro.
Ese otro que se nos fue una tarde y que en algún lugar nos espera.

Todo lo mejor para Usted.

PS: Gracias por sus visitas.

Lutz_saa dijo...

El relato protagonizado por tu tía me puso a pensar ¿qué se sentirá vivir con alguien hasta que la muerte los separe? Creo percibir lo que siente tu tía y esto debe ser algo más que una reacción química del cuerpo por la tristeza y el abandono, debe ser sin duda dolor del alma, del ser, de la identidad. Desde el exilio mando un fuerte abrazo para ella. Lutz

Dharma dijo...

Lo supuse...

Michelle On The Road dijo...

A veces parece que cuando la persona que amamos muere, morimos con ella y es posible que así suceda, o al menos una parte de nosotros se va con ella y no vuelve más. Lo interesante del asunto es ¿cuánto dolor somos capaces de soportar los seres humanos? porque en muchísimos casos, no es que se nos olvide esa persona, pero podemos reponernos bastante después de un tiempo y hasta quizás volver a amar. El círculo vuelve a comezar. ¿Cuánto dolor somos capaces de soportar?
saludos y besos
Mich
pd.- Nos debemos un vino y rock¡