Siempre me ha gustado la lluvia: verla, oírla. Olerla antes de que caiga, y el ambiente huele a tierra mojada. Me encantan esos días grises en que no para de llover.
Pero hoy no puedo disfrutarla.
Cada vez que vuelve a llover, pienso en Chiapas, Veracruz, Guerrero, pienso en los ríos y presas que se desbordaron, en la gente sin casa, sin comida ni agua potable. Pienso en las calles inundadas, los puentes rotos, los caminos destrozados, la gente viviendo en albergues. Y pienso, sobre todo, en cúando podrán recuperar sus pocas pertenencias: un colchón, una parrilla, una mesa, dos sillas, cuatro camisas, tres pantalones, una olla, un comal ...
viernes, octubre 07, 2005
Pobres más pobres
Publicadas por Tramontana a la/s 17:30
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3 comentarios:
Ahi estaba yo hace una semana, no se si agradecer o maldecir a mi suerte.
Pues las dos P: agradecer y maldecir tu suerte.
Desde aquí también pensamos en ello. Basta con mirar las noticias... El dicho dice que "siempre que llovió, paró"...
Saludos!
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