Salí de la casa como todos los días…no, en realidad salí hacia el otro lado y al llegar a la avenida fue cuando vi el coche de su hija. Lo reconozco porque es pequeñito y verde.
Lo iba manejando un hombre. ¿Podría ser él? En los topes casi lo alcancé pero los pasó muy rápido. Pensé que tal vez era otro coche parecido. Unos segundos topes y alcancé a ver. Era él. ¿Por qué ahora que lo veo, advierto una mueca que antes no notaba? ¿Por qué el verlo no me provoca emoción?
En la siguiente esquina cada quien se fue por su lado, así va la vida. Sin cruzarnos ya. Raro, ver a alguien con quien despertaste al lado tantas veces que ahora pasa a tu lado como cualquier otro.
jueves, agosto 10, 2006
¿Encuentro?
Publicadas por Tramontana a la/s 12:43
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8 comentarios:
Quizá porque al final de todas las historias, nos vamos por donde llegamos. Aún cuando algunos eligen salir por "la puerta de atrás".
Un beso y brindo por los desencuentros.
Yo no creo que pasa como cualquier otro, sino ¿por qué acelerar para alcanzarlo? La emoción la provocó al ver el coche, al descubrir la nueva mueca... ahí están las emociones, no es como cualquier otro, es él.
¡Afortunadamente! Si no fuera así, digo, lo de "superar", ¡cuánto sufrimiento.
A mí me dan terror esos encuentros, porque mehacen ver muchas veces que todavía hay cosas dentro que pueden moverse y sonar como maraca...
a mi me parecen muy adecuados los reencuentros: sirven pa saber si ya terminó o si aun falta alguna cosita por finiquitar para poder ponerle punto final al ciclo...
Lo peor es el pellizco...hasta que no desaparece ese nudo en el estomago al volver a ver a un ser que hemos amado no está superado, cuando se le mira como al tendero de la esquina, entonces sí.
¡Qué padre quedó tu blog! Me gustan los cambios, antes me daban miedo, pero se me ha ido quitando poco a poco. Lo mejor de los cambios es el aprendizaje que viene con ellos, ¿no?
Finalmente te leo otra vez, está lindo tu blog, me gusta. Fue bueno verte también y sentarme junto a tí a platicar de nuestras cosas aunque haya sido brevemente. Me gustó acariciar a la Cirrus y conocer tus entornos. Ahora cuando te escribo ya sé donde imaginarte. Abrazos de Leonardo y Luz
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