Entra el sol de la tarde por la ventana. Cae en el piso de madera donde antes había una mesa. Ver esa luminosidad me recuerda las tardes abrazados en el sillón, viendo una película, tomando té o haciendo nada.
Hoy se han llevado todos los muebles y me preocupa encontrar estos rincones en la casa nueva, estas luces o sombras que la hagan especial.
Me paseo por los cuartos en los cuales hicimos el amor, nos veo acurrucados y oigo nuestros gemidos. Me detengo en la terraza a ver pasar los coches, recuerdo las noches en que salíamos a tomarnos un trago y platicar, oigo nuestras risas. Me siento en el gabinete de la cocina donde te sentabas tú a verme cocinar cuando terminabas de hacer la ensalada. La cocina se ve diferente desde aquí, me llegan olores de albahaca, estragón y tomillo.
¿Dónde quedan los recuerdos de las casas cuando te vas de ellas? ¿Se quedan guardados los olores y sonidos en los rincones o simplemente desaparecen?
viernes, agosto 04, 2006
Dónde
Publicadas por Tramontana a la/s 14:21
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4 comentarios:
todo se va impregnado en los muebles, los cuadros, la ropa, los vasos de cristal y en rincones de la piel que tienen memoria.
Es curioso que escribas sobre este tema justo ahora. Lo mismo me pregunto yo. Creo que los recuerdos -los míos- me los llevo conmigo, los recuerdos compartidos prefiero no llevarlos, aún duelen. No lo puedo creer, parece que aún creo en Santa Claus.
Yo creo que van impregnando las paredes, los pisos, y se quedan ahí, influenciando a los que lleguen después, casi imperceptiblemente. Pero lo mío es sólo teoría.
Me gusta pensar que los aromas y memorias se quedan impregnados en el piso, en las paredes, en nuestra propia piel. La mente es muy hábil, los recuerdos que lastiman a veces podemos bloquearlos...
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