miércoles, septiembre 19, 2007

Cotidianeidad

Despierto con dificultad. Quiero seguir durmiendo. Decido no ir a correr aunque luego me arrepienta. Me acomodo en la cama y trato de volver a dormir: el sueño se ha ido.

Hay días que creamos mundos mágicos en los sueños. Mundos en los que nos queremos quedar a vivir. El despertador te saca drásticamente de ellos y ya no puedes regresar. Ni siquiera es cierto que puedas regresar la noche siguiente. El mundo nocturno es fluctuante. El diurno es más estable.

El mundo diurno es repetitivo y cotidiano. Día tras día en que haces las mismas cosas, ves a la misma gente, recorres las mismas rutas. Hay días que nos cansamos de la rutina y quisiéramos destruirla. Cualquier cosa para salir del aburrimiento. A veces logramos alterarla por instantes: un viaje, una visita, algún evento que nos distrae. Después viene la misma repetición. Días iguales, que se confunden, indistinguibles uno de otro.

Y cuando nos empezamos a sentir cómodos, tal vez hasta a resignarnos, vienen eventos que violentan la estabilidad: accidentes, cambios de vida, decisiones. Y lo que queremos es regresar a lo conocido, regresar a la seguridad de lo cotidiano. Hay veces que se regresa, pero rara vez
es lo mismo, normalmente encontramos una nueva cotidianeidad. Que con el tiempo nos vuelve a envolver y de la que queremos volver a salir.

13 comentarios:

La Blu dijo...

hay dos posibilidades:
resignarnos o reasignarnos. La diferencia aparente es una letra, en la práxis es toda una forma de ver las cosas. Cuando nos resignamos a vivir lo que está sucediendo, estamos maniatados para cambiarlo. Cuando elegimos reasignar las cosas, hacemos todo un análisis del cotidiano y elegimos qué vivir y qué cambiar. Porque la decisión siempre está a nuestro alcance, aunque las opciones sean limitadas... siempre habrá una tercera vía.

Respecto a que luego de un "acontecimiento" nada es igual, créemelo. Nadie se baña dos veces en el mismo río.

Te quiero mucho, sis hermosa.

Mond dijo...

A mí los dos mundos me parecen fascinantes: el diurno y el nocturno.

Lo cotidiano y lo que rompe esa cotidianeidad, los sueños y hasta los despertadores que rompen con los sueños para darnos la oportunidad de convertirlos en realidad.

dijo...

Mmmh... no soy amante de las rutinas porque el dia que la rompes, puedes desequilibrarte o puede no ser muy divertido; anyway, es facil dejarte mecer por ella.

Depende de uno mismo salir triunfante o no, he ahi donde tenemos el poder de decidir.

Un beso grande

Anónimo dijo...

Pues es necesario un poco de todo en la vida aunque no nos guste...al final de camino lo importante es el aprendizaje que nos deja cada dia.

Karen dijo...

Yo me siento segura en la rutina, pero cansa... no me gusta que se rompa abruptamente, pero me gusta salir de ella de vez en cuando de una manera amable y placentera.

®øЮïgõ dijo...

el viaje de un mundo a otro a veces resulta complicado y un tanto desalentador. sin embargo las implicaciones que este trae, pueden acentuar tan solo un segundo el mundo diurno

Anónimo dijo...

Por nuestra salud física y mental, lo mejor que podemos hacer por nuestras vidas es regalarnos cada amanecer, un día nuevo.... carpe diem

Una abrazo al viento...

Pillo dijo...

me dejaste pensando...creo que todo es una elección...pero tambien caigo en la contradicción de creer en el destino....no sabes cuanto he estado cavilando sobre la rutina...y porque nos estancamos en ella...respecto a los mundos..se viven igual solo que a veces no recordamos el nocturno...cuando lo hacemos nos mueve mucho más q el diurno...a donde vamos cuando soñamos??

Eleafar Cananita dijo...

uf, toda la razon. pero es que en realidad uno trata de cambiar porque en el fondo no hay cotidianidad mas terrible que llevarse a uno mismo para todos lados y todo el tiempo. entonces uno se reinventa y cambia de costumbres pero luego otra vez el hartazgo y el ansia nos toma los talones, porque uno se da cuenta que sigue siendo y estando. y como que cansa no ser otro mas que no se sienta uno mismo.

pero al rato me consuelo: que si ya tengo suficiente siendo yo, y adolesciendo ademas tanto de mi, como se hace ademas para preocuparse de terceras personas potencias de uno mismo.

por suerte hay el suenio cuando se duerme. y sabes bien lo antipatico que soy: yo si puedo continuar mis suenios donde los deje.

:P

un monton de palabras dijo...

Lo cotidiano es comodo, el cambio es crecimiento. lo cotidiano te da paz, el cambio te da accion los dos son buenos en bajas dosis, yo prefiero el cambio lo cotidiano llega a abrumarme.

un abrazo

BK dijo...

Es que aunque haya rutinas y actividades cotidianas, cada día resulta por lo menos un poco del anterior. Nunca hay dos días idénticos. Aunque llevemos a cabo las mismas actividades, sigamos las mismas rutas, veamos a la misma gente... al día siguiente somos diferentes, nuestra mente tiene otros pensamientos (influenciados por el día anterior y por el mundo nocturno).
No podemos tener dos días idénticos o ratos idénticos por más que lo intentemos. Simplemente traten de pensar lo mismo en un punto determinado: en cierto crucero, en cierto alto, al desayunar, al verse la cara en el espejo en la mañana, etc. Nuestros pensamientos habrán cambiado, y nosotros también.
Cada día trae nuevas oportunidades, nuevas decisiones. Hemos crecido, cambiado, madurado, etc., llámenlo como quieran... idealmente avanzando en un camino hacia lo que queremos ser. Hay épocas en las que parece que vamos para atrás, pero creo que también son parte de la vida, sin lo malo no valoramos lo bueno, sin obscuridad no hay luz, sin día no hay noche, sin sueños... no hay ilusiones, ni metas, ni anhelos, ni inspiración, ni introspección.
Les dejo un beso y les dejo una tarea: busquen momentos para detenerse y observar su mundo, valoren lo que tienen alrededor, a las cosas y a la gente. Recuerden sus sueños y saquen lo mejor de ellos. Hay por ahí un libro que se llama "The Sense of Wonder", si pueden, leanlo. Y no pierdan la capacidad de maravillarse ante los detalles que la vida nos regala.

Ardilla/ Libelula dijo...

A mi me da miedo hablar del tiempo y las rutinas.

Luego habemos quienes nos la pasamos corriendo persiguiendo el futuro o huyendo del pasado, hace unos dias lei esto, te lo dejo:

"El futuro es algo que cada cual alcanza a un ritmo de sesenta minutos por hora, haga lo que haga y sea quien sea".

Ingrid dijo...

¡Qué lindo look! Me gusta, me gusta...